sábado, 26 de febrero de 2011

the piano has been drinking .....hasta el infinito

Carlo Peccati estaba escribiendo uno de sus poemas visuales mientras la música de Tom Waits lo envolvía todo con su embriagado Small Change.

A través de la ventana con vista al patio, Carlo veía en el piso de enfrente a Michael Broke durmiendo la resaca de la noche anterior en una butaca con reposabrazos abatible. Tenía la cabeza echada hacia atrás, maceraba sus babas etílicas y apoyaba sus dos extremidades superiores donde debía. Carlo se incorporó y se acercó todo lo que pudo al cristal dejando una marca húmeda, los labios, y un gran trozo empañado, la nariz.

- Un día, leyendo Sobre héroes y tumbas, Sábato me dijo que cuando uno es chico espera la gran felicidad, alguna felicidad enorme y absoluta.

Michael permanecía inmóvil de forma que parecía prestar mucha atención a las palabras solitarias de Carlo.

- Y a la espera de ese fenómeno se dejan pasar o no se aprecian las pequeñas felicidades, las únicas que existen, continuó.

En ese momento, Michael cambió de postura lo justo para despertar sólo a una de sus piernas pero se movió de tal manera que Carlo lo interpretó como un Oh, Yeah!, sigue, sigue que yo te escucho.

Carlo se palmoteó en ese momento los bolsillos buscando uno de sus Winston de cajetilla blanda y lo hizo con una habilidad que le delataba como consumidor habitual.

- Imagínese, Sr. Broke, un mendigo que desdeña limosnas por el camino porque le han dado el dato de un formidable tesoro, un tesoro inexistente.

A Michael se le cayó entonces la cabeza hacia adelante como síntoma inequívoco de que se había adentrado en la fase de mayor profundidad de su sueño pero la verdad es que visto desde fuera parecía afirmar, decir sí, que tiene usted toda la razón, Sr. Peccati.

En ese momento Carlo acercó su último poema a la ventana, Infinito Jack Daniel's, para que Michael pudiese leerlo y al instante se dio cuenta de que se quedaba pegado al cristal gracias al vaho personal y a la humedad por condensación.



Aprovechó para descansar un rato y se quedó dormido mientras Tom Waits predicaba desde el plato, con su acento de vinilo profundo de ninguna parte, The piano has been drinking:


Mi corbata está dormida
Y la banda se ha ido a Nueva York
La gramola tiene que ir a mear
Y la alfombra necesita un corte de pelo
Y el foco parece la fuga de una prisión
Porque el teléfono no tiene cigarrillos
Y la terraza se ha ido a ligar
Y el piano ha estado bebiendo

...


Este relato está dedicado a esa línea escuálida y confusa, que funde y confunde al monólogo con el diálogo mientras espera una respuesta de vete a saber quién... posiblemente de Jack Daniel's y su piano...

1 comentario:

  1. MICHAEL, ME HA HECHO RECORDAR, EL DESPERTAR DE ESTA MAÑANA PEGADO AL COJIN DE UN INCOMODO SOFA ROJO,Y UN SONIDO INSOPORTALE QUE HE APAGADO DE UN SOLO GOLPE, DESPUES DE HABER PASADO LA NOCHE CON MI BUEN AMIGO VALENTINO.

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